El populismo religioso
El populismo es una práctica que consiste en el manejo caprichoso de las masas, es utilizado habitualmente en política, lugar donde no nos vamos a meter.
Resulta fácil comprobar, sin mayores esfuerzos, que esta técnica de manejo de masas, este ardid, es utilizado también, en ciertas comunidades cristianas.
Se trata de manipular a la feligresía, sub estimándola hasta transformarla en un rebaño de tontas ovejas.
Esta forma de manejo tan particular logra dos claros objetivos, adormecer a sus miembros, por un lado, y mantenerlos entretenidos por otro, que por supuesto nada tienen que ver con el plan del Dios de La Biblia para nuestra salvación ni con el discipulado.
Parece no tenerse en cuenta, que lo que está en juego, es nada menos que la vida eterna de las personas.
Para comprobar mis afirmaciones solo basta mirar más allá de nuestras narices.
La Biblia afirma acerca de esta feligresía, que:
“Son llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error” Efesios 4:14
El populismo cristiano comparte con el populismo político algunas “interesantes y atractivas” particularidades. Se las detallo.
Tomé como fuente de información el diccionario y las redes, a los que sumé algún comentario personal.
-El populismo utiliza la irracionalidad, el disparate y el absurdo como algunos de sus fundamentos. En asuntos religiosos, la FE resulta ser el manto que lo encubre.
-Acude a creencias sin fundamento ni sustento real, basadas en mitos populares e historias inverosímiles, algunas de ellas sucedidas hace miles de años, imposibles de comprobar.
-Sobrecarga inteligentemente sus afirmaciones acudiendo a los sentimientos y emociones de sus seguidores.
-Utiliza la superstición y el ocultismo como sustento. Muchas de sus afirmaciones son racionalmente insostenibles. Para darles color e impacto, las matiza de tintes sobrenaturales y mágicos.
-Frente a la crítica argumentada, utiliza el dogmatismo, para exigir a sus fieles creencia ciega de sus afirmaciones.
-Las verdades absolutas que esgrime, falsas o no, son defendidas fanáticamente, por lo tanto, irracionalmente. Afirmaciones que por supuesto nadie corrobora.
-Los líderes populistas son carismáticos y dueños de una retórica persuasiva que utiliza sagazmente para incentivar a sus feligreses y conseguir su apoyo.
-Ajustan sus discursos en tiempo y espacio. Lo hacen a la medida de la necesidad del eventual interesado, llámese este país, comunidad, etnia, situación social, color de piel, etc.
-El populismo cristiano, acepta y admite convivir con cualquier creencia pagana, no la denuncia. Con el tiempo se une a ella sincréticamente, por conveniencia, para no perder adeptos.
-Domina psicológicamente a sus feligreses no permitiéndoles la generación espontánea de nuevas ideas.
-Niega la legitimidad de cualquier alternativa que lo contradiga.
-La Biblia NO es su único sustento doctrinal. Esta ocupa un segundo lugar. La complementa y remplaza, por literatura de origen humano a la cual le da la misma autoridad que a las escrituras bíblicas.
-La base y sustento del populismo religioso cristiano, es la falta de educación doctrinal y desconocimiento casi total de las escrituras bíblicas por parte de sus víctimas.
Si lo descripto se asemeja a cualquier situación conocida, no es casualidad y ustedes saben a lo que me refiero.
Si algún grupo cristiano hace su negocio entreteniendo a sus feligreses con cuestiones de origen humano, no divinas, allá ellos, oportunamente deberán rendir cuentas a Dios.
Alguno me dirá “no juzgues si no quieres ser juzgado”, no tengo problemas al respecto, si alguno quiere juzgarme…adelante, les adelanto que mi curriculum vitae no es perfecto, justamente por eso Cristo murió por mí.
Como cristiano, mi única base doctrinal es La Biblia. Toda otra literatura de origen humano, la respeto, pero de ninguna manera la voy a poner a la misma altura que la bíblica, y mucho menos cuando la contradice.
La Biblia condena el paganismo, en cualquiera de sus facetas, entre ellas la adoración, o como quieran llamarla, de cualquier estatua, estampita y cosas por el estilo. Los muertos, muertos están, dejémoslos tranquilos a ellos y a sus cadáveres, el culto a ellos y a sus reliquias también es condenado.
Los mitos y las historias fantásticas incomprobables no me mueven un pelo, de hecho, ninguna de ellas me acerca a Dios.
Respecto a los milagros, tampoco me preocupan, te aseguro que en todas las religiones y en todos los ámbitos suceden milagros de sanidad y otras yerbas, solo basta comprobarlo en las redes.
Para el Dios de La Biblia hay un solo milagro importante y es el único momento que hay fiesta en el Cielo.
“…habrá más fiesta en los cielos por un pecador arrepentido que por noventa y nueve justos que no tienen nada de que arrepentirse” Lucas 15:7
El que murió por mí en la cruz fue Jesucristo, Dios mismo, y ningún ser humano, con todo el respeto que me merece la virgen y todos los santos, van ocupar ningún lugar en mi vida, y mucho menos me voy a rendir a sus pies. Allá vos.
No te estoy vendiendo humo, te quiero ver en el Cielo.
Si te interesa corroborar mis afirmaciones, toma tu propia Biblia y compruébalo personalmente, luego te aseguro que no habrá lugar para quejas.
“El que tiene oídos para oír, que oiga”
Juan Alberto Soraire
Un cristiano del montón