¿Era necesario? ¿Hacía falta?

En estos últimos días, los argentinos nos enteramos a través de diferentes medios informativos, católicos y seculares, que María Antonia de Paz y Figueroa, nacida en Argentina, (1730-1799) fue finalmente canonizada por el Papa Francisco.

Tenemos entonces, una nueva santa y su nombre oficial es Mama Antula.

Nos refirieron que fue una voluntaria de Dios, que pasó su vida ayudando a los más necesitados y que por su actitud de amor y de fe, logró tener miles de seguidores.

Tras su muerte, “las plegarias y rezos que las personas le dedicaron”, solicitando amor, salud y bienestar, fueron escuchadas y resueltas. Enfermos terminales con sus días contados, se sanaron.

Como corolario, el Papa Francisco, luego de “haber reflexionado largamente, invocando la ayuda divina y escuchando el parecer de numerosos hermanos en el episcopado”, la acaba de declarar santa.

Debo confesarles, aunque les parezca increíble, “ningún medio” de los que personalmente analicé, que fueron varios, se encargó de aclararlo, que Mama Antula era cristiana, pero damos por hecho que lo era.

Ahora bien.

Los que me conocen, lo he repetido hasta el cansancio, saben del respeto y cariño que tengo por mis hermanos católicos, pero este hecho, no me obliga a callarme, a menos que por ser católicos hayan dejado de ser cristianos.

Por lo tanto, lo que pueda decir de aquí en adelante es exclusivamente en mi condición de cristiano, y por supuesto lo haré con La Biblia en la mano.

Ahora vayamos al título de este posteo

¿Era necesario? ¿Hacía falta?

A raíz del tema en cuestión, me vino a la memoria un viejo refrán español, que alude a, una circunstancia imprevista, que se suma a una situación que ya venía complicada, que afirma: “éramos pocos y parió la abuela”

La Iglesia Católica cuenta oficialmente con aproximadamente 9000 santos, algunos aseguran que hay más de 15000, a los que debemos sumar la infinidad de “santos paganos” que el catolicismo no desacredita, ni se hace cargo.

No voy a discutir los motivos esgrimidos por la Iglesia Católica para declarar santos, y a la postre nuestros ángeles de la guarda, a estas personas, pero no puedo dejar de utilizar mi cerebro para dilucidar el tema.

Como cristiano pensante, creo que lo único que se logra con estas “canonizaciones”, es distraer y entretener a la feligresía con fantasías que no tienen ningún sustento bíblico, que no sirven para nada y que solo alejan a las personas de Cristo, y de la vida eterna.

No tengo nada contra esta mujer, a quien no tenía el gusto de conocer hasta la semana pasada, y quien seguramente fue una excelente persona, que, como tantos otros cristianos y no cristianos, han dedicado su vida a los pobres.

Respecto a los milagros que se le atribuyen, les cuento que personalmente estoy lidiando con un cáncer desde hace más de 27 años, de hecho, ya somos amigos, y les aseguro que no fue necesario la intermediación de ningún santo, siempre me he manejado directamente con el jefe.

Ser SANTO ¿Quién es santo?

Los cristianos tenemos dos opciones para averiguarlo, por un lado, la opinión de los hombres, que a nadie le interesa, y por el otro, lo que el propio Dios de La Biblia afirma.

La palabra hebrea utilizada en el Antiguo Testamento para santo es “qadash”, que significa: santificado, consagrado y dedicado.

Separado, sería la palabra que mejor lo describe.

La palabra “santos” es utilizada infinidad de veces en el Nuevo Testamento, casi siempre en plural, para referirse a cristianos “vivos”, no fallecidos.

Todos los escritores del Nuevo Testamento, se refieren a los cristianos de las diferentes iglesias de la época, como “santos”

Particularmente el apóstol Pablo, en cada una de sus cartas, que fueron muchas, se refirió a sus miembros como “santos”. No voy a enumerar los versículos, verifíquenlo personalmente en sus biblias.

Podemos interpretar entonces que, para el Dios de La Biblia, los “santos” resultan ser los cristianos que forman parte de cada iglesia, y repito, están vivitos y coleando, no muertos.

Son hoy, los feligreses que forman parte de las diferentes congregaciones cristianas, son el cuerpo de Cristo, y están llamados a ser “santos”

“Santos serán, porque yo soy santo” Levítico 19:20

El apóstol Pedro lo afirma de esta manera:

“… como aquel que los llamó es santo, sean también ustedes santos en vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”

1ª Pedro 1:15-16

Ahora bien,

¿Nacieron santos? NO

Nadie es santo por naturaleza, afirma La Biblia, muy por el contrario, todos somos pecadores.

“Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios”

Romanos 3:23

¿Qué los hizo “santos” entonces?

Las palabras “santos y santificados” tienen la misma raíz griega y es traducida comúnmente como “santos”

“Somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez y para siempre”

Hebreos 10:10-14

La Biblia considera “santo” entonces, a todas las personas que creen y aceptan por Fe, que Jesucristo, tal cual lo hemos leído, ofrendó su vida en la cruz por cada uno de nosotros.

Las escrituras denominan a estas personas como creyentes, y son en consecuencia, cristianos.

Pablo lo atestigua de esta manera en Gálatas 2:20

“He sido crucificado con Cristo y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí…quien me amó y dio su vida por mí”

La declaración de Pablo, es la única condición para ser considerado “santo” delante de Dios, donde, como queda claro, no interviene ningún ser humano para determinarlo y establecerlo, por más título honorífico que ostente.

Juan Alberto Soraire

Un cristiano del montón