Guía práctica para que tu fe se oxide

Quiero compartir con ustedes, una carta, dice así:

Si estas harto de orar, de leer la Biblia y de que te digan que tenés que amar hasta a tu suegra ¡Tranquilo! Aquí llega la solución.

Con este práctico manual aprenderás, paso a paso, cómo abandonar los molestos consejos que Jesús y los apóstoles nos recomendaron.

Porque, seamos sinceros: ¿Quién quiere vivir con paz, esperanza y un propósito concreto, cuando podes vivir como todo el mundo, corriendo detrás de lo pasajero y coleccionando preocupaciones?

Si seguís estos 10 consejos, te garantizo que tu fe se enfriará más que un helado.

1- Deja de orar, o de rezar, o como quieras llamarlo. Orar es cosa de tontos. ¡Pretender hablar con Dios cada día es perder el tiempo, no te escucha! Mejor dedícate a revisar los chats en tu celular. El versículo de 1ª Tesalonicenses 5:17 es solo para crédulos. “Oren sin cesar”

2- Escudriñar La Biblia habitualmente no sirve para nada. Es aburrida, y encima cuesta entenderla. Netflix tiene estrenos buenísimos todas las semanas. El consejo que encontramos en Josué 1:8 no es para vos, porque no lo necesitas, porque sos auto suficiente, como Batman. “Nunca se aparte de tu boca este libro, medita en él día y noche…así tendrás éxito y todo te saldrá bien”

3- Ir a la Iglesia cada domingo es cosa de viejas. ¿Reunirse con otros cristianos? ¡Nah!, mejor quédate en tu casa, así nadie te molesta, ni te corrige, ni te dice lo que te conviene, por más buena onda que le ponga. El que escribió Hebreos 10:25 era un chupa sirios, y encima mala onda: “No dejen de congregarse, como lo hacen algunos, sino ayudémonos unos a otros porque el día se acerca”

4- El “amar al prójimo como a ti mismo", está sobrevalorado.
Mucho más divertido es criticar, guardar rencor y hacer justicia por tu propia mano. El versículo de Juan 13:34 “…ámense unos a otros…” es para tipos débiles sin personalidad, que no es tu caso.

5- Jesús exageró un poco cuando dijo en Mateo 6:24 que “Nadie puede servir a dos amos…no se puede servir a Dios y al dinero”. ¡Sí que se puede servir a Dios y al dinero! Aunque convengamos que a la hora de elegir: ¡Que viva la tarjeta de crédito!

6- Perdonar es cosa de ingenuos, además de imposible. Mi consejo: guarda todas las ofensas bien archivadas, así siempre tendrás munición para futuras discusiones. El versículo de Proverbio 17:9: “El que perdona la ofensa cultiva el amor” es una utopía.

7- Convengamos que la voz del Espíritu Santo, la de Dios mismo, cuando nos habla al oído, molesta, estorba e incomoda. No la escuches. No te olvides que sos libre para hacer lo que te parezca. El consejo de Efesios 4:30: “No entristezcan al Espíritu Santo de Dios” es para santulones, no para vos.

8- Ser luz en el mundo no tiene ningún sentido. Nadie necesita ejemplos de fe, ni mucho menos de buen comportamiento, ni siquiera tus hijos. El versículo de Mateo 5:16 es una pavada: “Deja que tus buenas acciones brillen a la vista de todos…como testimonio de lo que creen” ¿A quién puede interesarle lo que haces?

9- ” Comamos y bebamos que mañana moriremos”. ¡Qué gran verdad! Disfruta de los placeres de la vida, vive como si fuera el último día. No prestes atención al consejo de 1 Juan 2:15: “No amen al mundo ni las cosas que en él se ofrecen, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes”

10- Probablemente Cristo regrese, tal cual lo prometió, pero no te preocupes, no creo que se le ocurra hacerlo ¡Justo ahora! Viví como si nunca fuera a pasar, siempre habrá tiempo para arrepentirse más adelante. Olvídate de “poner la mira en las verdades del cielo”, tal cual lo sugiere: Colosenses 3:1

Creo que fui claro, si de verdad queres dejar de ser un “buen cristiano” y pasarla bien… solo sigue la corriente del mundo, ignora a Dios y haz lo que más cómodo te resulte.

Firmado: Satanás

PD: ¡Nos vemos donde vos ya sabes!

Y esto corre por mi cuenta:

Nuestro amigo se olvidó de decirnos algo: “que luego no hay reclamos”, porque cuando descubras que el vacío del alma no se llena con Google, Netflix o Mastercard, será tarde.

¡El que avisa…no traiciona!

Juan Alberto Soraire

Un cristiano del montón