Biblia católica y evangélica

Quienes me conocen, saben del aprecio que tengo por el pueblo católico.

De niño estudié en colegios católicos de los cuales tengo excelentes recuerdos, particularmente del colegio Don Bosco, de Ramos Mejía, Buenos Aires, el mismo donde casualmente también estudió el papa Francisco.

Como anécdota simpática, resalto también el hecho, de que ambos, también nos recibimos de técnicos químicos, en el mismo colegio secundario ENET Nº 27, barrio Villa Real, de la Capital Federal. Casualidades de la vida.

Yendo al punto que hoy nos convoca.

Lo cierto es que más del 80 % de los que se autodenominan “cristianos” desconocen casi en absoluto el contenido bíblico.

Para la gran mayoría de ellos, se trata de un libro gordo, negro, complicado de interpretar, y que por su naturaleza “casi mágica”, no lo leen, mucho menos lo estudian.

Estos hermanos, tanto católicos como evangélicos, y como resulta obvio, desconocen también, las diferencias que pueda haber entre las biblias católica y protestante.

Conocer las diferencias entre ambas versiones bíblicas, es importante para el creyente raso, como lo será de útil, para el maestro de Biblia evangélico, como para el catequista católico.

En principio debemos destacar que los cristianos creemos por FE que las escrituras bíblicas fueron escritas por seres humanos, en diferentes tiempos y culturas, inspirados y guiados por Dios mismo.

La Biblia se compone de un conjunto de libros, divididos en dos grupos, Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.

Tengo delante de mí dos de las tantas versiones de la Biblia en español que utilizo habitualmente para preparar mis estudios bíblicos.

Una de ellas está identificada como “El libro del pueblo de Dios”, de origen católico, editada por la Fundación Palabra de Vida de Ediciones Paulinas, y según consta en su presentación “…es una traducción de la Biblia realizada por y para argentinos”.

La segunda versión que también tengo delante de mí es una Biblia de estudio, de origen evangélico, se denomina “Santa Biblia con notas, concordancias y mapas”, antigua versión Reina-Valera. Un clásico entre los evangélicos.

Antiguo Testamento: La diferencia fundamental entre una y otra versión, se remite casi exclusivamente a la cantidad de libros que forman parte del mismo.

Las versiones protestantes cuentan con 39 libros, mientras que la versión católica que tengo en mis manos posee los 39 de La Biblia protestante, más 10 libros, un total de 49. Otras versiones católicas difieren en esta cantidad. Siempre dentro del AT.

Estos 10 libros, son denominados, según quien los aluda, como deutero-canónicos (de reconocimiento tardío), apócrifos o extra canónicos (no aceptados ni reconocidos) y pseudo-epígrafes (falsamente atribuidos) y corresponden exclusivamente al período inter testamentario, o sea al periodo de 400 años acontecidos entre el AT y el NT.

Los motivos por el cual no se encuentran incluidos estos 10 libros en el AT de la Biblia evangélica, tienen su explicación y dos son las razones fundamentales.

-La primera de ellas es que los propios judíos no reconocen a estos libros como sagrados, por lo tanto, no los incluyen en el canon de su Tanakh.

-La segunda razón es que ni Jesucristo ni los escritores del NT, muy proclives a referenciar sus dichos en las escrituras hebreas, nunca mencionan en sus escritos a ninguno de los libros aludidos.

Para quien escribe, ninguna doctrina importante o trascendental que pueda cambiar nuestra vida se menciona o discute en dichos libros y de hecho hay entre ellos, 2 libros muy importantes, por la historia inter-testamentaria que contienen, como los son Macabeos.

Existe alguna versión evangélica que incluyen estos libros no canónicos y entiendo que ha sido editada con el fin de evitar un punto más de conflicto con nuestros hermanos católicos romanos. Podríamos considerarlo como una actitud inteligente y conciliadora.

Nuevo Testamento. La buena noticia es que podemos afirmar sin temor a equivocarnos que las versiones de la Biblia, católica romana y la evangélica, coinciden en un ciento por ciento en la formación del canon del NT

Ambas versiones contienen los mismos libros, un total de 27, por lo tanto, coinciden en un todo.

Las diferencias de orden lingüístico entre las dos versiones no son mayores que las que pudiera haber entre las diferentes versiones católicas y evangélicas.

Conclusiones: conocer que la Biblia católica y la evangélica tienen prácticamente el mismo contenido doctrinal, que solo las diferencian los libros no canónicos del AT mencionados, y que el NT, donde está fundamentada la doctrina cristiana”, es el mismo en ambas versiones, no es un dato menor.

Con esta premisa, podremos sentarnos entonces, a escudriñar las escrituras juntos, cada uno con su propia Biblia en la mano, considerando que lo que nos une es Cristo.

Resulta importante remarcar que es precisamente el NT el que nos describe la acción salvadora de Cristo y nos relata la historia de la iglesia cristiana en sus inicios. Cristo es el que nos une…y no es poco.

La interpretación particular que pueda darle cada grupo a las diferentes doctrinas descriptas en el Nuevo Testamento, es harina de otro costal que no aludiremos ahora.

Juan Alberto Soraire

Un cristiano del montón