La moral y la ética en La Biblia

Este artículo puede herir susceptibilidades. Sugiero entonces, que cristianos débiles y legalistas, se abstengan de leerlo.

El que avisa no traiciona.

La cuestión es que la moral y la ética no son la misma cosa, por lo tanto, mezclarlas como si lo fueran, no es lo más adecuado, solo confundiremos a nuestros feligreses si lo hacemos.

La moral es el conjunto de normas, costumbres y valores que una sociedad o cultura considera aceptables y correctas. Las recibimos de nuestra generación ascendente, las aceptamos como válidas en forma pasiva y sin cuestionarlas.

La ética, por su parte, es una reflexión crítica de las mencionadas normas. En un acto de responsabilidad personal, los seres humanos adultos, las evalúan y en total libertad determinan si dichas pautas son adecuadas, justas y necesarias. Podemos aceptarlas o rechazarlas.

Los valores éticos, NO son inmutables, pueden cambiar en función de la interpretación de la realidad que vivimos en cada etapa de nuestra vida.

Podríamos definir a la ética como la mayoría de edad de la moral. No la excluye ni se le opone, solo cambia su naturaleza.

En el caso de los cristianos, las “normas morales” (yo prefiero llamarlos PRINCIPIOS), están claramente estipuladas por Dios en La Biblia, y a diferencia de las cuestiones éticas, son inmutables e inalterables, NO cambian a través del tiempo.

No podemos decir lo mismo de las “normas éticas”, dado que estas, se han modificado y se modifican a través del tiempo en las diferentes generaciones y culturas, hecho que también comprobamos en la misma Biblia.

Las costumbres y tradiciones del AT, casi nada o muy poco tienen que ver con las costumbres del NT, no es para menos, son miles de años de diferencia.

Fue precisamente Jesucristo quien a través de sus prédicas y a la luz de sus propios PRINCIPIOS morales, procuró modificar el comportamiento ético de sus escuchas, más allá de la letra de la ley escrita.

El Sermón del Monte es un ejemplo, donde afirmó varias veces:

“ustedes lo hacen así…pero yo les digo, a partir de ahora háganlo de esta otra manera”

El problema se manifiesta en la comunidad cristiana, sea cual fuere su denominación, cuando el legalismo religioso confunde las reglas morales, las cuestiones de fondo, con cuestiones éticas relacionadas con las costumbres de los pueblos, que vale recordar, no son las mismas en toda la tierra.

Estos religiosos, legalistas al extremo, desconociendo las diferencias que existen entre la moral y la ética, pretenden gobernar a sus feligreses imponiéndoles reglamentaciones y costumbres de culturas que existieron hace miles de años, con la sola escusa que “es palabra de Dios”

Estas costumbres “estrafalarias” por llamarlas de alguna manera, que hoy cumplirlas nos obligaría a ir en algunos casos, presos, las encontramos en los libros de Éxodo, Levítico y Deuteronomio, del AT, y otros, inclusive del NT.

Menciono algunos ejemplos:

-Éxodo 21:7, nos autoriza vender a una de nuestras hijas como esclava. Vamos todos presos.

-Levítico 15:19, me obliga a evitar el contacto con una mujer que estuviera menstruando. Sin comentarios.

-Levítico 25:44, me autoriza a poseer esclavos, varones y mujeres, con una condición, deben pertenecer a naciones vecinas. Vivo en Argentina, que pensarán al respecto mis vecinos.

-Éxodo 35:2, nos obliga a matar a quien se le ocurra trabajar el sábado. Vamos todos presos.

-Levítico 11:10, nos prohíbe comer mariscos. Estoy perdido.

-Levítico 21:20 prohíbe acercarse al templo a cualquier varón con algún defecto físico. No voy más a la iglesia.

Y así podríamos seguir.

Quizás el ejemplo más patético lo encontramos en Deuteronomio 22:5

“No vestirá la mujer traje de hombre… porque abominación es a Jehová...”

En mi iglesia y en la ciudad donde vivo, prácticamente el 100% de las damas utiliza pantalones, especialmente en invierno, por lo tanto, estarían todas en pecado... en invierno.

Pero… 25 versículos más adelante, en Deuteronomio 23:1, nos encontramos con este otro versículo

“No entrará en la congregación de Jehová quien tenga magullados los testículos, o amputado su miembro viril.”

Si cumplimos 22:5, también deberíamos cumplir 23:1. No quiero ni pensarlo.

También en el NT, encontramos algunas cuestiones de índole ético, relacionado con las costumbres de aquellos tiempos.

“...las mujeres callen en la congregación, porque no les es permitido hablar... Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.” 1Corintios 14:34-35

Machismo en su máxima expresión

“… si alguno piensa que es impropio para su hija virgen que pase ya de edad, … que se case. Pero el que ha resuelto...guardar a su hija virgen, bien hace" 1Corintios 7:36-37

Tengo tres hijas… sin comentarios.

Resulta evidente, entonces, que, en cuestiones de usos y costumbres, no podemos tomar la Biblia como si fuera un martillo y pegárselo a los miembros de nuestras iglesias en la cabeza.

Por lo tanto, y como corolario, mi sugerencia:

“No tratemos a nuestros hermanos como estúpidos espirituales, ocupémonos sí, de que conozcan a Cristo como su salvador y escudriñemos con ellos las escrituras, para dejar luego, que los PRINCIPIOS morales cristianos, hagan su trabajo”

Juan Alberto Soraire / Un cristiano del montón