La Reforma / El protestantismo / Su origen

Una gran mayoría de las personas, por diferentes razones, desconoce el origen de las iglesias cristianas evangélicas, como también desconocen sus creencias y doctrinas. En este posteo trataremos de describir en forma sucinta y lo más sencilla posible, el origen del protestantismo y en qué consistió la denominada “Reforma protestante”.

Para recopilar información al respecto acudimos a las redes, de la misma manera que cada uno de nosotros puede hacerlo cuando necesita indagar acerca de cualquier credo religioso. En general se trata de información neutra, que ya forma parte de la historia.

La Reforma protestante, comenzó el 31 de octubre de 1517 ocasión en que el monje alemán de la orden de los agustinos, Martín Lutero, clavó en la puerta de la catedral de Wittenberg, Alemania, las 95 tesis (afirmaciones críticas), cuestionando fuertemente a la Iglesia que él mismo pertenecía. Lutero lo hizo sin ser consciente de que su cuestionamiento acabaría provocando un cisma.

A la propuesta de Lutero, se sumó el apoyo de diversos religiosos, pensadores y políticos europeos, que buscaban desde hacía tiempo provocar un cambio profundo y generalizado de la Iglesia Católica, que incluía entre otras cosas, negar la jurisdicción del papa sobre toda la Cristiandad.

Este movimiento, nacido de las entrañas de la Iglesia Católica generó un cismo dentro de ella y dio origen a numerosas iglesias y corrientes religiosas, también cristianas, las cuales fueron agrupadas bajo la denominación de “protestantismo”, hoy denominadas evangélicas.

Las ideas revolucionarias de Lutero se vieron favorecidas por la difusión de las mismas a través de un invento relativamente reciente por aquel entonces, la imprenta de Gutenberg, creada a mediados del siglo XV. De esta manera las 95 tesis se extendieron en pocos meses por toda Europa.

La designación de “protestante” tiene su origen en la carta remitida por varios príncipes alemanes en 1529 a la curia romana, en protesta por la prohibición de las enseñanzas de Lutero.

Los principales exponentes de la Reforma protestante fueron Martín Lutero y el teólogo y filósofo francés Juan Calvino.

Algunos de los cuestionamientos y planteos más importantes por parte de Lutero y sus seguidores fueron los siguientes:

Las bulas de indulgencias

Se trataban de documentos formales refrendados por el papa, por los cuales se concedía y certificaba el perdón de los pecados a cambio de dinero y bienes; estos bienes luego serían utilizados con diferentes finalidades tales como el sostenimiento de las cruzadas y la construcción de catedrales.

La Simonía

Martín Lutero fue el primero que expone públicamente su opinión contraria a la simonía, que es la acción o intención de comerciar con los asuntos espirituales, tales como los sacramentos, los cargos eclesiásticos o la salvación de las almas.

Doctrina de la justificación

Mientras la Iglesia católica sostenía la salvación por las obras, Lutero comenzó a proyectar en su mente lo que argumentaría luego como la salvación por solo la FE. Probablemente este haya sido el problema teológico central que alejaba a Lutero del catolicismo.

Sacerdocio del creyente

Lutero afirmaba que de acuerdo a la Biblia, todos los cristianos eran sacerdotes sin necesidad de ninguna ordenación especial y negaba la jurisdicción suprema del papa sobre la cristiandad universal.

Los sacramentos

Lutero criticaba los sacramentos de la Iglesia católica. Sostenía que solo dos de los siete, eran bíblicamente fundamentados.

Interpretación libre de las escrituras

Lutero sostenía que cada creyente era libre de leer e interpretar las escrituras bíblicas. Hasta ese momento, la lectura e interpretación de las Sagradas Escrituras era un monopolio del clero.

Se pueden resumir las creencias teológicas básicas de la reforma, en lo que se denominó las “cinco solas”, creencias que estaban en abierta contraposición con la doctrina católica.

1- Sola scriptura (solo por las escrituras)

2- Sola fide (solo por Fe)

3- Sola gracia (solo por gracias)

4- Solus Christus (solo a través de Cristo)

5- Soli Deo gloria (la gloria solo para Dios)

La Reforma protestante tuvo el apoyo político de algunos príncipes y monarcas, quienes tenían también sus motivos, no teológicos no doctrinales, para quejarse. Los impuestos papales, la obligada sumisión hacia los delegados pontificios y la actitud del papado de apropiarse de las propiedades eran algunos de ellos.

La reforma protestante redujo en gran manera el poder de la Iglesia Católica en el control del gobierno civil de las tierras.

Como producto de la libre interpretación de las escrituras, partidarios de Lutero empezaron a interpretar sus doctrinas en un sentido que Lutero no había previsto. Varios seguidores de Lutero pronto serían rechazados por Lutero y la propia Iglesia Católica.

Fueron denominados “reformadores radicales”. Estos pretendían destruir las imágenes religiosas, afirmaban que los sacerdotes tenían el deber de casarse, la iglesia cristiana no debía tener propiedades y se sostenían que se debía abolir la propiedad privada repartiéndola entre los integrantes de la comunidad.

En el año 1530 se redacta la “Confesión de Augsburgo”, siendo esta la exposición oficial de los principios del luteranismo. El punto Nº 4 de la misma, donde se alude al perdón, afirma lo siguiente: “Los hombres no pueden ser perdonados por sus propios méritos y obras, sino que el perdón se obtiene, gratuitamente, por la fe, sí creemos que Cristo padeció por nosotros y que por su causa se nos perdonan los pecados y se nos conceden la justicia y la vida eterna”

Lutero muere en 1546

Como consecuencia de “la reforma protestante”, la cristiandad occidental se dividió irremediablemente. Una gran parte de los fieles católicos dejaron de reconocer al papa como máximo pontífice de la Iglesia Católica y se alejaron de la Iglesia romana.

Otros muchos católicos requirieron una reacción de la Iglesia de manera de corregir las costumbres y los abusos que habían alimentado la Reforma protestante.

Esta reacción generó que en el Concilio de Trento (1545-1563) se concibiera lo que fue llamado como la “contrarreforma” o “Reforma Católica”, cuyo objetivo fue renovar la Iglesia y evitar el avance de las doctrinas protestantes.

Juan Alberto Soraire / Un cristiano del montón