Las tradiciones y La Biblia

Me pregunto cuántos de ustedes conocen acerca del origen del cristianismo, de su formación y de sus doctrinas. Les aseguro que es una historia apasionante.

El cristianismo es una de las religiones monoteístas más extendidas del mundo, se originó hace 2000 años, Jesucristo fue su líder y sus seguidores fueron y son llamados cristianos.

En La Biblia, que resulta ser un conjunto de libros, están plasmadas la totalidad de las doctrinas del cristianismo, particularmente en el NT (Nuevo Testamento)

Con el fin de evitar conflictos y mal entendidos, en el siglo IV, los cristianos acordaron en establecer un canon único (libros considerados divinos).

Respecto al NT, fueron 27 los libros reconocidos como portadores de la “Revelación Divina”.

La Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa y el protestantismo coinciden en un todo en cuanto a estos 27 libros, y así figuran en sus respectivas biblias.

Resulta una obviedad mencionarlo, pero lo que no se encuentra en La Biblia no es “Revelación Divina”, es “revelación humana”

El autor intelectual de La Biblia, Dios mismo, nos dejó un sugestivo versículo en el último capítulo del Apocalipsis que nos alerta:

“Yo advierto a todos los que escuchan las palabras proféticas de este libro…que si alguno agrega o quita algo de lo que está escrito en este libro, Dios le quitará su parte del árbol de la vida…” (paráfrasis)

No parece necesario aclararlo, pero ameritan dos comentarios al respecto.

-Los cristianos creemos por Fe, que Dios, autor intelectual de las escrituras bíblicas, no se olvidó de mencionar nada.

-No podemos darle la misma autoridad a lo escrito por Dios, que lo que pueda escribir cualquier mortal, incluido el humilde autor de estas líneas.

Sabemos de consagrados y doctos cristianos, que, a través de todos los tiempos, y con el fin de interpretar y transmitir a los feligreses de aquellos tiempos las verdades bíblicas, generaron gran cantidad de literatura, por lo que admiramos su trabajo.

Esta literatura, es denominada por las iglesias católica y ortodoxa, como tradición eclesiástica, en ellas están volcadas las diferentes interpretaciones y puesta en práctica de las diferentes doctrinas bíblicas.

Pero, como sucede con todo lo que el hombre toca, no todos aquellos exegetas, coincidieron en sus interpretaciones acerca de lo que leían en el NT.

La historia nos informa, que mucha de esta literatura ha sido y aun hoy lo es, además de errónea, controvertida y conflictiva, a tal punto de crear profundas divisiones en el mismo cristianismo.

Ahora bien, para hacerla corta. Estamos en el siglo XXI, la gran mayoría de nosotros sabe leer y escribir, tenemos la libertad de escoger la literatura que más nos gusta, pero a la hora de saber que quiere el Dios que digo adorar ¿A dónde debemos acudir?

Llama la atención, la actitud de animosos apologetas de las tradiciones, a quien respetamos, que no hacen otra cosa que sobredimensionar dichos y frases extraídas de las mismas y que no hacen ninguna mención, ninguna, de ni siquiera un solo versículo bíblico. No lo comprendo.

Pareciera que les resulta más importante lo que dijo el cristiano fulano o mengano, que lo que escrito por el apóstol Pablo, o Pedro, o Lucas, o el mismo Jesucristo. Sigo sin entenderlo.

Más, que las contradicciones entre los diferentes escritores de las tradiciones, me preocupan las evidentes contradicciones con la misma Biblia. Le escritura dice una cosa y la tradición asegura otra cosa.

Puedo comprender que los primeros cristianos necesitaban de cristianos doctos para la lectura y entendimiento de las escrituras, pero hoy, siglo XXI, cuando llevamos La Biblia en el celular, en el bolsillo, que está traducida a más de 450 idiomas y en más de 2000 lenguas diferentes ¿Necesitamos de intérpretes? ¿Y si estos intérpretes están equivocados? ¿Son infalibles? ¿Quién lo asegura? ¿Con que autoridad?

Está en juego tu salvación eterna ¿La vas a poner en manos de terceros? ¿Cuándo estés ante la presencia de Dios que la vas a decir? ¿Me la contaron cambiada?

A mí me hace ruido que otro piense por mí. Se leer, mi cerebro funciona, y ya soy grandecito para que me den de comer en la boca como si fuera un tarado espiritual.

Creo que llegó la hora de que pongas las barbas en remojo y evalúes a donde estas parado.

Te dejo un regalo para que pienses, por supuesto que es un versículo bíblico. -

“¡Hipócritas! …este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres”

Versículo extraído de La Biblia “El libro del Pueblo de Dios” Versión católica. Ediciones Paulinas.

Solo te propongo que cambies de actitud, no de religión.

La pelota queda de tu lado. La próxima jugada es tuya.

Juan Alberto Soraire

Un cristiano del montón