¿Qué sabes del purgatorio?

Probablemente el cerebro, sea el órgano más importante del cuerpo humano, sin embargo, muchos cristianos, de todas las denominaciones, argumentando que la relación con el Dios que adoran, son cuestiones de fe, no lo utilizan.

Grave error, porque la Biblia, sugiere todo lo contrario.

“…estén siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y respeto, ante todo lo que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes” 1ª Pedro 3:15

Respecto al purgatorio, que es el tema que hoy nos ocupa, como introducción y como mínima expresión, podemos afirmar que mientras los cristianos católicos romanos creen en él, sus primos, los cristianos evangélicos, no lo hacen, a pesar de que, ¡Increíblemente!, ambos recurren a la misma Biblia.

La cuestión es que la Iglesia Católica afirma lo siguiente respecto al purgatorio:

-El purgatorio es el estado de los que mueren en amistad con Dios, pero, aunque están seguros de su salvación eterna, necesitan aún de purificación para ir al Cielo.

-Los fieles que aún sigan vivos pueden “ayudar a las almas del purgatorio” ofreciendo por ellas “oraciones, plegarias, limosnas, indulgencias y obras de penitencia” para de esta manera “acortar la estadía” de una o varias almas que estén en dicho estado.

-Todo aquel que entra en el purgatorio terminará tarde o temprano entrando al Cielo.

-Las penas que se sufren son similares a las del Infierno, pero no son eternas y purifican a los elegidos.

-El sacramento de la confesiónreduce el tiempo” en el purgatorio.

-El catecismo afirma: “Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su salvación eterna, deben sufrir una purificación después de su muerte a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en el gozo de Dios”.

Afirmaciones, todas ellas, con increíbles contradicciones que no vamos a analizar ahora.

Solo corresponde resaltar, que ninguno, absolutamente ninguno, de los conceptos, o si prefieren llamarlos doctrinas, mencionadas en los párrafos anteriores está citado en La Biblia, en ninguna Biblia.

Fueron necesarios que transcurrieran 1200-1300 años, para que la Iglesia Católica dispusiera la existencia de un lugar donde purgar los pecados.

Fue mencionado formalmente en el Concilio de Lyon II (1274), reafirmado en el Concilio de Florencia (1439) y finalmente confirmado en el Concilio de Trento (1545-1563).

Los fundamentos esgrimidos para justificar el purgatorio, fueron basados en dichos de algunos cristianos famosos.

Tertuliano (211): "Nosotros ofrecemos sacrificios por los muertos...". Lactancio (307): "El justo cuyos pecados permanecieron será atraído por el fuego...". Juan Crisóstomo (386): "No debemos dudar que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo...". Gregorio Magno (580) "Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador...".

Ninguno de ellos se refirió a un lugar específico, mucho menos lo denominó purgatorio, en todo caso parecen ser comentarios aislados, sacados de contexto.

Tres papas contemporáneos se expresaron respecto al purgatorio, y fueron muy precisos en sus comentarios.

El fallecido Papa Benedicto XVI, afirmó: El purgatorio no es un elemento de las entrañas de la Tierra, no es un fuego exterior, sino interno. Es el fuego que purifica las almas en el camino de la plena unión con Dios”

Su antecesor, Juan Pablo II, coincidió con Ratzinger en que el purgatorio existe, pero que no es “un lugar” o “una prolongación de la situación terrenal” después de la muerte, sino “el camino hacia la plenitud a través de una purificación completa”.

El papa Wojtyla aseguró durante su pontificado, que tanto el purgatorio, como el paraíso y el infierno, no son lugares físicos, sino estados del espíritu.

Los defensores del purgatorio, para solventar sus afirmaciones, suelen acudir, a textos apócrifos, como también a textos canónicos.

Probablemente el más utilizado de los textos canónicos es el siguiente:

"…la obra de cada uno aparecerá tal como es, porque el día del Juicio, que se revelará por medio del fuego, la pondrá de manifiesto; y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno. Si la obra construida sobre el fundamento resiste la prueba, el que la hizo recibirá la recompensa; si la obra es consumida, se perderá, sin embargo, su autor se salvará como quien se libra del fuego” 1ª Corintios 3:13-15 (versión Biblia católica)

Nuestro cerebro, nos dice que, si diéramos por cierto que, para ir al Cielo, debemos, además de aceptar a Cristo como nuestro salvador, purificarnos en algún lugar, la muerte de Cristo en la cruz fue un sin sentido, por decirlo de una manera educada.

“Porque ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la Fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios; y no es el resultado de las obras, (purgatorio incluido) para que nadie se gloríe” Efesios 2:8-9 (versión Biblia católica)

Mi reflexión final es la siguiente.

En principio, estas en libertad de creer lo que quieras, mi intención, es solo informarte. El que avisa no traiciona.

El lugar denominado como purgatorio, donde las almas se limpiarían o purificarían para poder acceder al Cielo, no está mencionado en La Biblia, se trata de un invento humano que contradice absolutamente el plan de Dios para la salvación del hombre.

Importante a considerar.

Todo lo mencionado en este posteo, puede ser mentira, por lo tanto, tenes la obligación de chequearlo personalmente, y cuando lo hagas, no te olvides de tres cosas:

-Que tu salvación, tu vida eterna, el Cielo, eso que tanto anhelas, está en juego.

-Que Dios te regaló un cerebro, para que lo utilices, no lo subestimes.

-El sacrificio que Cristo, Dios mismo, hizo en la cruz por tus pecados, tampoco lo subestimes.

Pensalo

Juan Alberto Soraire / Un cristiano del montón