Te quiero ver en el Cielo

“Políticamente incorrecto”, es una frase utilizada en la política, cuando las afirmaciones expresadas, para describir cualquier situación o concepto, suelen ser incómodas y o transgresoras a los oídos del receptor de la misma, al punto extremo, de poder llegar a molestarlos.

No sé si para bien o para mal, lo cierto es que suelo ser políticamente incorrecto.

Los que me conocen, o han leído mis escritos, particularmente el libro “Maldito Legalismo”, saben que este siempre ha sido mi estilo, transgresor, pero respetuoso. No me estoy justificando.

En mi último posteo dedicado a la idolatría, y en algún otro posteo anterior, quizás algo provocadores, he logrado el objetivo, hacerlos pensar.

Varios lectores se han dado por aludidos, y me lo han hecho saber, e identificaron que mi intención no fue espuria.

Alguno parece haberse despertado de una pesadilla y le ha estallado la cabeza … ¡Bienvenidos al desafío que implica ser cristiano!

La mayoría de ustedes sabe, porque me conocen o porque han leído “quien soy” en esta página, que mi origen religioso es católico, con bautismo, confirmación, primera comunión y muchas misas como monaguillo incluidas.

Casualmente cursé algunos años del primario, en el mismo colegio que lo hizo Francisco Bergoglio, el Don Bosco de Ramos Mejía, colegio del cual tengo hermosos recuerdos y un solo reproche, a pesar de haber sido campeón en catecismo, me fui de él sin haber tenido una Biblia siquiera en mis manos.

Y este es el problema que siempre hubo y aún hoy sigue habiendo entre mis hermanos católicos que tanto amó. Por estar alejados de las escrituras, desconocen casi en absoluto el contenido bíblico, y lo poco que saben de ella es lo que le han contado. Tocan de oído.

Y parecen sentirse cómodos ante esta situación, a todas luces equivocada y en contra del precepto bíblico “...escudriñad las escrituras…”

Les cuento una anécdota que habla por sí sola. En mis años de creyente, he tratado de regalar infinidad de biblias, y siempre me he encontrado con la misma actitud por parte de mis eventuales receptores católicos, cautela y desconfianza para recibirla.

Nunca me lo dijeron, pero tengo claro que sospechaban que les estaba ofreciendo algo non santo, y muchos la han rechazado.

¿Saben cómo solucioné el problema? Ahora, les obsequio una Biblia de origen católico, “El Libro del Pueblo de Dios”, versión que utilizo para estudio y que siempre menciono en mis escritos. ¿Y saben qué? ¡Funciona!

A colación de lo mencionado, voy a repetir por enésima vez lo siguiente: la Biblia católica suele tener algunos libros más que la evangélica en el Antiguo Testamento, que poco o nada cambia, pero el Nuevo Testamento de ambas versiones, SON IGUALES repito…SON IGUALES… y es su protagonista, CRISTO, el que nos une, que no es poco.

Resulta entonces, que al desconocer cuál es la voluntad para sus vidas del Dios que los creó, del Dios que dicen adorar, vemos a una gran mayoría de los feligreses católicos desorientados y perdidos, sin saber detrás de quien deben ir.

¡Y Satanás se frota las manos de parabienes!

Me da tristeza observar a una gran mayoría de sus líderes repitiendo sin cesar, frases y dichos, muy respetables, por cierto, atribuidos a líderes cristianos de la antigüedad, tradición que le dicen, y muy pocas veces o casi nunca acudir a versículos bíblicos.

Escucho también, desconcertado, que, las más altas autoridades eclesiásticas, mencionan frases que claramente son versículos bíblicos, pero que nunca son identificadas como tales, y por el contrario son tácitamente atribuidos a quien las menciona, como si este fuera su autor.

Nunca entendí por qué lo hacen, parecen subestimar a sus oyentes.

La falta de conocimiento bíblico por parte del pueblo católico está a la vista. ¿Y sus líderes? Bien gracias.

La idolatría, que fue el tema del último posteo, es tan evidente y cruda entre la feligresía católica, como lo es la infinidad de santos y vírgenes a los que acuden. Los vemos arrodillados y humillados ante lo que La Biblia claramente condena. ¿Y sus líderes? Bien gracias.

Me da mucha pena mencionarlo, pero me pregunto y les pregunto: ¿Jesucristo, de que juega en todo esto?

Acabamos de recordar la pascua de resurrección ¿Qué tal estaba la rosca de pascua, y el huevo de chocolate?

Hermanitos, lo que recordamos los cristianos en esta fecha es la muerte y resurrección de Jesucristo. Fue él y ningún otro el que ocupó tu lugar en esa cruz.

No te equivoques, no fue ni la virgen, con todo el respeto que me merece, ni ningún santo, ni ningún ser creado, el que murió por vos, fue Dios mismo.

Y yo te pregunto una vez más

¿En quién estas confiando? ¿En manos de quien has depositado tu vida? ¿En quién has confiado para tu salvación? ¿Tenes previsto ir al Cielo?

Probablemente, alguno de ustedes estará pensando, este quiere hacerme cambiar de religión.

¡No, de ninguna manera! Si sos católico, solo quiero que escudriñes como corresponde La Biblia y te quedes en donde estás, porque vos serás el responsable de cambiar lo que haya que cambiar, en el lugar donde estás, desde adentro.

Porque cuando te encuentres ante la presencia de Dios, porque todo llega, Dios no te va a preguntar a qué iglesia o templo solías ir.

Dios te va preguntar qué tan fiel le has sido mientras te toco vivir en la tierra. Te va a preguntar ¿Quién fue Cristo para vos y que lugar ocupó en tu vida?

Perdóname por mi insistencia con el tema, porque resulta que solo tengo una preocupación y es la siguiente: TE QUIERO VER EN EL CIELO

Juan Alberto Soraire/ Un cristiano del montón